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Innovación y conocimiento
En opinión de Verónica Montoya Blua, jefa de la oficina de innovación de la Pontificia Universidad Católica Del Perú (PUCP), la asociación universidad-empresa se ha visto fortalecida a través de los fondos del estado. Dicha vinculación genera beneficio económico para las empresas a través de la innovación.
En los últimos años ¿Cómo evalúa los esfuerzos del sector público y privado para generar innovación?
El cambio ha sido abismal en los últimos ocho años. De un Gobierno que estaba preocupado por salir de una crisis económica en los 90’ y donde las empresas estaban luchando por sobrevivir y tener estabilidad económica, hoy nos encontramos en un escenario donde el Estado apuesta por la innovación tecnológica empresarial y ayuda a la generación de innovación.
Después de esta etapa dura económicamente hablando se pasó a una, donde se empieza a hablar de lo bien que le ha ido a otros países que han invertido en innovación con el apoyo del Gobierno y surgen los fondos Innóvate Perú, Concytec y Programa Nacional de Innovación Agraria, lo cual que es un cambio abismal dirigido a las empresas y también a las universidades que son los centros de creación del conocimiento. Y esto ha favorecido muchísimo para la realización de investigaciones que no se han hecho o que no se harían sin apoyo económico.
Para las empresas, hacer innovación es costoso porque de cada ocho innovaciones una tiene éxito, entonces el riesgo de la innovación, gracias a estos fondos del Estado, son compartidos entre la empresa y el Estado a través del Programa Innóvate Perú. Además, se promueve la asociación con una universidad. Durante muchos años las empresas veían a la universidad como proveedora de servicios que le solucionaban algunos problemas.
Pero esta relación se ha visto fortalecida y reafirmada a través de estos fondos del Estado donde la universidad no es un proveedor de servicios sino es un socio para la creación del beneficio comercial de la empresa.
¿Cuáles son los pilares para que la empresa genere innovación?
Es fundamental que la cabeza de la empresa (el gerente general, por ejemplo), esté involucrado directamente con el proyecto de innovación y que haya voluntad de querer crear conocimiento e investigación.
Una empresa extractiva o primario exportadora puede estar conforme con el trabajo que desarrolla por mucho tiempo. En el caso de las mineras, hay proyectos que mejoran la permanencia en los socavones y permiten automatizar diversos procesos, evitando de esta manera exponer vidas humanas a una explosión o cualquier otro riesgo innecesario.
El origen de las investigaciones puede ser desde una tesis de maestría o una tesis doctoral con fondos propios de cada universidad. El desarrollo tecnológico derivado de dichas investigaciones se hacen realidad desde la necesidad explícita de una empresa que se acerca a la Oficina de Innovación de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
La Oficina de Innovación ayuda a realizar un diagnóstico sobre cuáles son los cuellos de botella que no le permiten tener un mayor ritmo de productividad y junto a un investigador experimentado encuentran una solución tecnológica.
¿Y cuáles son las líneas de investigación?
En una universidad como la PUCP, en lugar de líneas de investigación digamos que son tendencias a la investigación de las áreas de ciencia y tecnología que se van adaptando a la demanda de los sectores productivos.
Las empresas y las universidades tienen que sufrir un proceso de adaptación de ambos lados. Por un lado, las empresas buscan respuestas rápidas mientras que las universidades buscan generar conocimiento, no siempre ambos tiempos coinciden. Pero aprender y adaptarse es parte de la vinculación entre las instituciones.
¿Cuál es el retorno de inversión en los proyectos de innovación?
Es difícil prever un retorno certero en cuanto a innovación; sin embargo, lo que sí es cierto es que aquella empresa que no innova las posibilidades de desaparecer del mercado son más altas que las que sí lo hacen. Ahora no es necesario que todas las empresas busquen un fondo del Gobierno o ganar un proyecto, porque de acuerdo a la Ley 30309, lo que está haciendo el Estado, a través de Concytec, es recompensar al final del año a las empresas que destinaron recursos para proyectos de I+D+i.
Las empresas no necesitan buscar financiamiento con determinada estructura de rendición de cuentas, lo realizan de acuerdo a su estilo. Y son recompensadas con el 175% que retorna en impuestos al finalizar el año fiscal, adicional de lo gastado.
¿Cuál es la diferencia entre una investigación aplicada y una innovación?
Todos los proyectos vinculados a investigación aplicada y desarrollo tecnológico tienen potencial innovador. Si la investigación aplicada se convierte en un desarrollo tecnológico que madura y llega al mercado pero no tiene demanda, entonces no es un innovación tecnológica. Un proyecto es innovador cuando llega al mercado con un diseño que es atractivo y la gente lo compra.
Las innovaciones nacen, en su mayoría, desde una necesidad en el mercado, por ejemplo, un ecográfo portátil para las zonas altoandinas. Sin embargo, una innovación tecnológica puede convertirse en una necesidad como es el caso de los teléfonos inteligentes.
Una seleccionadora de mangos será una innovación siempre y cuando le sirva a la empresa y un software es una innovación siempre y cuando resuelva un problema, ahorre tiempo y dinero a la empresa.
¿Cómo se está vinculando a la empresa con la academia?
Somos una oficina que vincula y es la bisagra entre los dos mundos. Empezamos en el 2008 y contamos con 117 proyectos ganados con empresas y 150 proyectos con fondos del Estado. Tenemos cuatro proyectos que impactan directamente en el sector minero.
La empresa busca ganar dinero en el menor tiempo posible y el mundo académico busca crear conocimiento. Pero a veces, la creación de conocimiento y ganar dinero entra en contraposición, porque la creación de conocimiento toma su tiempo.
Nuestro trabajo es hacer que estos dos mundos puedan conversar y asegurarnos que todos los proyectos lleguen a su fin, para luego ser transferida la tecnología y todo el conocimiento generado a las empresas.
En la PUCP tenemos 14 patentes y buscamos que éstas sean comercializadas, pero es una tarea que se tiene que realizar con empresas peruanas existentes o creando empresas (Spin off o las Start Up).
Lo ideal sería que podamos vender este conocimiento a una empresa peruana y que esa empresa la comercialice. En el Perú, la legislación aún no está adecuada para facilitar la fabricación de equipos médicos innovadores, fruto de investigaciones. Debemos promover que muchas de las investigaciones que tiene repercusión directa en temas de salud sean beneficiosas para la sociedad.
¿Y cómo ven el potencial en el sector minero?
Las empresas de la gran minería no se han acercado a trabajar con nosotros. Y eso es porque las grandes empresas buscan ayuda afuera y no conocen aún el potencial que tiene una universidad, como la PUCP.
A las grandes empresas les interesa muchísimo la confidencialidad y nosotros lo garantizamos a través de acuerdos. Dichos acuerdos son adecuados a cada caso y son a través de convenios específicos por resultados de investigación.
¿Cuál es la demanda que tiene la oficina de innovación?
La demanda de las empresas para trabajar con la PUCP ha ido creciendo exponencialmente en los últimos años, no fue fácil al inicio, ahora tenemos más experiencia trabajando con las empresas.
Es una gran experiencia poder ser testigo de la evolución que ha sufrido la PUCP para adecuarse a trabajar con el sector productivo, con el fin de cumplir con la gran meta de servir a la sociedad peruana a través de nuestras investigaciones en ciencia y tecnología.
Actualmente, tratamos que los proyectos en los que la PUCP participa tengan gran impacto social, económico, ambiental y, sobre todo, tecnológico.
¿La oferta de profesionales ah doc dedicados a la investigación e innovación cubre la demanda actual?
Es un momento interesante para nuestro país porque nos encontramos en una etapa formativa en todo sentido. Estamos formando capital humano desde el lado científico, así como, por el lado de la gestión de la tecnología y en políticas estatales que permitan reforzar capacidades para fortalecer el nuevo camino hacia un país competitivo que crea tecnología y no solo la importa.
El perfil de profesionales que trabajan temas de investigación desde el área administrativa es difícil de encontrar porque además tienes que conocer el mundo de la academia y de la gestión. Tiene que tener las dos venas porque si no te vas por un lado.
¿Cuáles son los proyectos de la oficina de innovación?
En este año queremos lanzar el “Observatorio de Innovación – PUCP”. El observatorio es una necesidad porque gracias a él pondremos a disposición del público externo información de la PUCP en ciencia y tecnología. Será una excelente ventana para el sector productivo sobre las investigaciones realizadas por nuestra universidad.
Este año, del 18 al 20 de octubre, se realizará el Congreso de la Red Universidad Empresa de América Latina, El Caribe y la Unión Europea. Tendremos invitamos internacionales y será un espacio donde se hablará sobre la problemática en torno a la vinculación universidad – empresa – Estado y los beneficios de trabajar en conjunto fortaleciendo la Triple Hélice.
“La gran preocupación de una universidad como la PUCP es hacer que lo investigado tenga un lugar en la sociedad a través de las empresas”.