SNMPE: Si el Gobierno anula licitación de los lotes I y VI para dárselos a Petro-Perú, “mandaría a la tumba” a la industria petrolera

María Julia Aybar, presidenta del Comité de Hidrocarburos de la SNMPE, solicita el pronunciamiento del Minem y el MEF para que clarifiquen sus intenciones respecto al rol de la empresa estatal.

El sector hidrocarburos se remeció ayer (martes) con la noticia de la remoción del presidente de Perú-Petro, José Mantilla. Esto, pocos días después de que el titular del sector Energía y Minas, Jorge Montero, declarase púbicamente su disconformidad con el resultado de la licitación de los lotes I y VI, organizada por Perú-Petro.

El sector petrolero teme que esta movida conduzca a la anulación del proceso y la entrega a dedo (por más tiempo) de ambos lotes a Petro-Perú.

Al respecto, conversamos con María Julia Aybar, presidenta del Comité de Hidrocarburos de la SNMPE.

— El ministro de Energía y Minas ha puesto en entredicho la idoneidad del proceso de licitación de los lotes I y VI. ¿Qué opina la SNMPE al respecto?
Me parece un poco aventurado hacer ese tipo de afirmación, dado que el proceso está aún en trámite. La calificación de la empresa ganadora (Ponderosa Energy) sigue bajo evaluación por parte de Perú-Petro. Entonces, yo no veo cómo podemos decir que ese postor podría no cumplir con su oferta.

— Ha trascendido que esta es la razón por la cual el Minem le bajó el dedo al presidente de Perú-Petro, José Mantilla. ¿Cómo toman este giro en la SNMPE?
Cambiar al señor Mantilla tendría que tener alguna explicación por parte del ministro de Energía y Minas (Jorge Montero) y por parte del ministro de Economía y Finanzas (José Salardi). Si ese cambio busca anular la licitación de los lotes I y VI para entregarlos a Petro-Perú, sería una pésima señal. Por lo tanto, sí amerita que el Minem y el MEF se pronuncien porque, para el sector hidrocarburos, es importante saber cuál va a ser la política de este gobierno.

— ¿Qué ocurriría si el Gobierno decide entregar los lotes de manera indefinida a Petro-Perú?
Eso sería negativo para el Perú porque muchas de las empresas privadas que están dispuestas a invertir en el sector verán que no existe el ambiente propicio y, probablemente, se llevarán sus inversiones a otro país. Si el Gobierno va a tener una política pro-empresa estatal, con parámetros ajustados a las necesidades de esta, sería bueno que lo sepamos porque el sector privado necesita tener predictibilidad para tomar las mejores decisiones.

— ¿Qué opinan en el gremio sobre el trabajo desarrollado por José Mantilla?
Nosotros hemos visto que las señales dadas por Perú Petro han sido bastante positivas en lo que respecta a la promoción de las inversiones. Creemos que ha estado haciendo un buen trabajo, que podría reactivar el sector.

— ¿La remoción de Mantilla torcería ese derrotero?
Por supuesto. Nosotros estamos bien preocupados por las implicancias. Tenemos a otra empresa (Anadarko) que está muy interesada en desarrollar lotes mar adentro, y quisiéramos que muchas más vinieran a hacer lo mismo. Pero, ¿cuál es la señal que estamos dando cuando se cambia a las personas que están promoviendo la inversión con transparencia y dentro del marco legal, para colocar a otras personas que solo buscan beneficiar a la empresa estatal fuera del marco legal?

— ¿Qué ocurriría si el directorio en pleno de Perú-Petro también renuncia?
Si ocurre eso, sería una señal para los ministros de Energía y Minas y Economía y Finanzas de que la decisión tomada no es la correcta, porque sus propios directores están diciendo que no están de acuerdo. La situación se agravaría, pero estarían dando un mensaje importante también.

— ¿Cabe la posibilidad de que Perú-Petro continúe con el proceso de licitación de los lotes I y VI?
Más allá de que seguimos sin entender las razones del cambio del señor Mantilla, la persona que lo reemplace debería continuar con la calificación de la empresa adjudicataria (Ponderosa Energy) y, si no califica, debería ir con el siguiente postor. No debería anular la licitación ni extender los contratos temporales en favor de Petro-Perú alegando que no hay tiempo para hacer otro proceso (el plazo vence en octubre). Si eso ocurriera, confirmaría la posición (nacionalista) de este Gobierno respecto al rol de la empresa estatal.

— ¿Existe el riesgo de que Petro-Perú se quedé dos años más en ambos lotes si se anula la licitación?
Eso, si es que le asignan los lotes temporalmente (por dos años), porque también podrían decidir dárselo por 30 o 40 años, con lo cual estamos condenando estos lotes a que no reciban la inversión que necesitan. Sin embargo, creo que lo más importante sigue siendo el mensaje que estamos dando respecto a la promoción de inversiones.

— ¿Podría ocasionar que los inversionistas pierdan la fe en los próximos procesos licitatorios?
Efectivamente. Si este proceso lo declaran nulo y le asignan los lotes a Petro-Perú, ¿qué garantía tenemos de que se respete un siguiente proceso? Podrían anularlo también. Es una pésima señal.

— ¿Qué es lo más prudente que debería hacer el Gobierno en estas circunstancias?
En primer lugar, es importante el pronunciamiento de los miembros del directorio de Perú-Petro, que son el Minem y el MEF, para que expliquen cuáles son las razones del cambio de Mantilla. Si las razones son para mejorar y continuar con la promoción de las inversiones, en buena hora. Pero eso significaría que el proceso de licitación (de los lotes I y VI) siga adelante, y lo mismo con la licitación del lote Z-69, que también está en manos de Petro-Perú, y con los contratos que van a vencer en enero del próximo año.

— ¿Si el gobierno entrega por más tiempo los lotes I y VI a Petro-Perú, el sector hidrocarburos volvería a cuidados intensivos?
Yo te diría que prácticamente lo estarían mandando a la tumba.

— Y con la responsabilidad del Ejecutivo, porque estas decisiones se toman en las más altas esferas. ¿Es así?
Por supuesto. Yo estaba hace poco en un evento internacional donde se ve la promoción de las inversiones. Los países del mundo se ponen sus mejores trajes para ir a estos eventos a traer inversión en exploración. Por ejemplo, ofrecen las mejores tasas de impuestos o sacar los permisos más rápido. ¿Y que estemos haciendo nosotros? Exactamente lo contrario.

— Si no lo hacemos con la explotación petrolera, menos con la exploración.
Correcto. Porque la exploración es una inversión de más alto riesgo. Por lo tanto, esperas que si haces un descubrimiento puedas recuperar tu inversión. ¿Pero, qué pasa si haces la inversión en exploración, encuentras petróleo y gas, y luego viene el gobierno y te quita el lote para dárselo a Petro-Perú? Simplemente, estamos dejando de ser competitivos y atractivos para atraer esa inversión que es tan necesaria.

— ¿Tal y cómo ocurre la inversión en los lotes I y VI? Por lo que se sabe, en estos dos años Petro—Perú no ha efectuado mayores inversiones.

Eso es cierto, pero voy a ser más objetiva. La propuesta económica que el ganador de la licitación ha presentado es millonaria en pozos. Cambiar eso significaría que el Perú no va a recibir esa inversión porque nuestra empresa estatal no está en capacidad de desplegar ese capital. Por otro lado, si el postor de los lotes no llega a cumplir con su compromiso de inversión, el Estado va a recibir una fianza que compensará esa inversión no efectuada. Así es que, por ambos lados estaríamos perdiendo.

— ¿Petro-Perú no debería estar atendiendo otros frentes, como el desperfecto en la planta de Flexicoking de la refinería de Talara?
Nosotros hemos dicho muchas veces que no estamos en contra de que Petro-Perú compita con el sector privado. Claro que no. Pero su prioridad debe ser solucionar su situación financiera. Y esa situación financiera está cada vez más complicada con lo que está pasando en la refinería. Y aquí hago un llamado a Osinergmin que es la entidad técnica, regulatoria y supervisora, para que revise la refinería y diga si la planta de Flexicoking funciona o no funciona, si es segura o no es segura.

— ¿Osinergmin debe pronunciarse al respecto?
Eso debería estar haciendo ahora respecto de la refinería y del Oleoducto. Pero no hace ningún pronunciamiento. Al menos ningún pronunciamiento público al que podamos acceder.
Fuente: El Comercio

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