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Con el cobre a la baja: ¿Es una buena oportunidad para invertir en metales?
Los expertos resaltan la importancia de hacer un análisis de cada activo donde invertir y contemplar los aspectos coyunturales que rigen no solo los precios de los minerales, sino su contexto productivo y sociopolítico. Sepa los detalles.
El crecimiento económico de China ha sido, en este siglo, el estímulo usual y constante para inclinarse hacia productos financieros asociados al cobre. El mineral llegó a niveles insospechados entre el 2000 y el 2010, cuando su precio se llegó a triplicar de US$ 0.8 la libra a US$ 3, en promedio. Sin embargo, en los siguientes años el metal rojo no ha dejado de sorprender con temporales precios récord. En mayo último se registró una buena ola (por encima de los US$ 5 la libra), aunque en los últimos días retrocedió a US$ 3,9 la libra ¿Es todavía momento de invertir en el metal rojo?
En este periodo no solo le ha ido bien al cobre: lo propio ha sucedido con minerales como el oro, la plata y el estaño, que han tenido repuntes positivos. Y la razón no solo ha sido la economía china. Otros componentes, como la denominada “transición energética” y la tendencia hacia el uso de vehículos eléctricos (ya en una etapa madura de producción), son también la causa de este nuevo impulso. Y la inteligencia artificial (IA) es otro contribuyente, al demandar la instalación de centros de datos y de un mayor tránsito de energía e información a través de componentes electrónicos fabricados de cobre y terminales de chips unidos por estaño.
Alberto Arispe, gerente general de Kallpa SAB, confía en que el desarrollo mundial de la electromovilidad y su demanda de cobre superarán la oferta existente, lo que podría garantizar que los precios de los metales mantengan este repunte o que, incluso, lo superen. Por lo que su atractivo como producto de inversión no perderá su brillo. De hecho, revela que ha venido recomendando a sus clientes que adquieran fondos que tengan como subyacente el cobre, como en la exchange-traded fund (ETF) CPER, y que compren acciones de empresas productoras de cobre, como Hudbay o Glencore, o de firmas locales, como Southern Perú o Sociedad Minera Cerro Verde. “Hay que encontrar los activos que tengan una buena exposición a los commodities y que sean líquidos”, remarca. Las opciones son múltiples.
Las proyecciones
Flavia Polar, analista de Research de Intéligo SAB, manifiesta que el precio promedio de la libra de cobre para este año estaría en US$ 4.5, y que para el próximo llegaría a US$ 4.6. Esta lectura positiva, en la que coinciden muchos analistas, no se sostiene solo por la demanda, sino por la oferta limitada del mineral. Miguel Leiva, vicepresidente de Research Renta Variable de Credicorp Capital, afirma que son pocos los proyectos de cobre en el mundo que conserven la incesante necesidad de más conductores eléctricos.
“Se ve poco desarrollo de nuevas minas, e incluso aquellas relevantes como Cobre Panamá, que el año pasado representaba 1% de la oferta mundial, se han suspendido. Para el 2024 y el 2025, el Instituto del Cobre proyectaba un promedio de 130,000 toneladas de superávit por año. Esta expectativa incorpora la tendencia del uso del cobre para energía renovable y producción de autos eléctricos, pero no incluye la demanda por IA, por lo que se prevé un déficit que podría superar el millón de toneladas de cobre al 2030″, señala el ejecutivo. De hecho, si tuviera que apostar al cobre, afirma que lo haría a ojos cerrados.
En el caso del oro, la interpretación es sencilla: los bancos centrales de diferentes países han conservado su demanda como activo refugio ante posibles desórdenes de la economía estadounidense o de la Unión Europea. Pablo Leno, gerente general de Renta 4 Sociedad Agente de Bolsa, declara que China ha sido uno de estos demandantes, lo que ha contribuido a que el precio del metal dorado se incremente. “El oro ha tenido una subida muy fuerte. Llegó hasta los 2,400 dólares por onza troy, y hay analistas que creen que debería irse hasta niveles de 2,800 dólares para fines de año. En cambio, la plata tiene un comportamiento que sigue usualmente al oro y también ha aumentado su precio”, asevera Leno.
En cuanto al estaño, la situación no ha sido diferente. Leiva comenta que, en lo que va del año, su precio promedio ha sido de US$ 29,100 por tonelada, mientras que en el 2023 estuvo en US$ 25,890. Es decir, su promedio logró un incremento del 12% debido al mayor uso de IA. Sin embargo, el mineral que no tendría un comportamiento diferente es el zinc. Polar indica que este producto siempre ha respondido un poco más lento que el cobre, por lo que opina que hay espacio para un repunte en los próximos meses.
¿Opciones ganadoras?
Tomando en cuenta los fundamentos de los precios de estos minerales, la siguiente pregunta sería esta: ¿en qué activos apostar?
Leiva, de Credicorp Capital, considera que invertir en acciones de mineras sería lo más pertinente, pero muchas de las empresas que cotizan ya tienen incluido este incremento de precios. Tal sería el caso de Sociedad Minera Cerro Verde, Compañía de Minas Buenaventura, Southern Perú y Minsur, entre otras. Pero un inversionista también debería buscar retornos adecuados por dividendos en estas compañías. En ese sentido, las cuatro podrían ser una buena recomendación.
“Cerro Verde tiene una larga vida útil y pocos requerimientos de capex para los siguientes años. Básicamente, la empresa se encarga de extraer el mineral que ya tiene disponible y sin deuda. Su generación de renta es buena y podría pagar, de acuerdo con nuestros estimados, un retorno por dividendo por encima del 7%. En cuanto a Minsur, el dividendo podría estar alrededor del 8%, dependiendo de los planes que haga”, apuntala.
Pero las mineras locales no son la única opción. A través de la Bolsa de Valores de Lima es posible invertir en compañías extranjeras o en ETF de cada mineral, escogiendo el fondo sobre la base de una lectura adecuada de sus fortalezas. Así, hay fondos de oro como el ETF GDX, o de plata como el WisdomTree Silver, al igual que ETF asociados a metales que contribuyan con la transición energética, como el iShares Essential Metals (METL).
Leno, de Renta 4, enfatiza en la importancia de hacer un análisis de cada activo donde invertir y contemplar los aspectos coyunturales que rigen no solo los precios de los minerales, sino su contexto productivo y sociopolítico. Estima necesario diversificar y no colocar todas las fichas en activos que tengan exposición a un solo mineral. Dice, además, que este incremento de precios generará una presión para el desarrollo de nuevos proyectos mineros y más oportunidades de inversión en activos. Al respecto, menciona que, si bien hay inversionistas de corto plazo, existen otros que prefieren orientarse a los plazos mediano y largo, y que, probablemente, son los que mejores resultados obtienen. Polar, de Intéligo SAB, asegura que no invertir en minería podría salirle caro a cualquier inversionista, sobre todo por la importancia que tiene esta industria en el Perú y por lo que se puede ganar gracias a la volatilidad de los precios. Pero, como en toda apuesta, hay que saber elegir.
Fuente: Gestión