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Financiamiento de minas en tiempos de crisis
Los mercados financieros en general y los mercados financieros mineros en particular han sufrido un cambio global significativo, sin embargo, el cambio contextual ya venía dándose incluso antes de la pandemia del COVD19, la pandemia solo ha acelerado el desenlace y nos enfrenta en ciclos cada vez más cortos de tiempo a nuevos contextos donde el inversionista debe volverse mucho más creativo para acertar en la generación de valor más allá de los esquemas tradicionales.
Las crecientes restricciones regulatorias, sociales, operacionales y ambientales, la desazón de la gestión de las juniors, las restricciones a la ampliación de capacidad instalada con la consecuente menor producción de las minas y la destrucción del valor de los proyectos mineros en los distintos continentes han contribuido a cambiar el contexto de la inversión minera en términos efectivos.
El contexto de los mercados financieros es muy particular, miles de fondos de inversión incluyendo los que eran operados por algoritmos salieron a cash tan luego cambio la pendiente de la curva en el SP500 que venia creciendo casi imparable desde su peor momento en la crisis del 2008. El resultado es que los fondos con cash se refugiaron en oro y en bonos del tesoro americano, alemán y chino que se volvieron refugio hasta el salvataje de la FED con la nueva emisión masiva de dólares que permite algo de tranquilidad momentánea en medio de la tempestad que la crisis ofrece. El resultado implica que los inversionistas cuentan ahora con fondos frescos de capital para buscar nuevas oportunidades y que salvo la inicial recompra de acciones muy baratas de sus propias empresas de inicios de marzo, la bolsa ya no parece ser una opción para ellos en el cortísimo plazo. Esto los ha motivado a buscar nuevos activos y negocios en el mercado que hoy podrían estar comprables por las oportunidades que la crisis ha generado.
El mercado de precios ha sufrido variaciones significativas, en el caso del oro por la enorme demanda como activo de refugio ha elevado su precio”.
De igual forma el mercado de precios ha sufrido variaciones significativas, en el caso del oro por la enorme demanda como activo de refugio que ha elevado su precio y en el caso de los metales base por el freno en seco de las ordenes de compra de China que al detenerse envió al piso los precios del cobre, plomo y zinc como metales base. Este proceso es conocido por los mineros y tiene una naturaleza cíclica que se va a revertir en cuanto se supere la crisis con lo cual se va a generar nuevas oportunidades para valorizar activos en el mercado minero. La recuperación será lenta pero el ciclo es invariante por lo menos hasta que no se obtenga sustitutos perfectos para los actuales metales base que se comercializan en el mercado.
A nivel de mediana y pequeña minería el nuevo escenario es que momentáneamente los capitales para perforar ya casi son inexistentes y aparece un creciente pánico a asumir el “riesgo geológico” entre los inversionistas aun contando con reportes calificados bajo NI43101 o similares es muy difícil obtener fondos para nuevos proyectos mineros. La inversión ahora se concentra prioritariamente en operaciones que ya producen flujo de caja, que están operando, que ya tienen permisos y que sobretodo, tienen potencial para poder crecer a partir de dichas unidades mineras. Esto abre una nueva oportunidad financiera significativa para los pequeños productores mineros calificados como PPM que ya están operando legalmente, los cuales puede acceder a capital fresco con tasas competitivas bajo una estructuración financiera apropiada de manera que puedan emitir deuda o financiarse a partir de sus flujos de caja futuros con respaldo en fideicomisos o con garantías mas sofisticadas como las hipotecas TCHN, warranteo de minerales o con garantías sobre la misma planta o sus operaciones.
De igual forma se abre oportunidades significativas para aquellos productores con PPM que actualmente producen mineral de cabeza, que actualmente tienen términos de comercialización poco equitativos y que lo que requieren es financiar su propia planta concentradora para saltar en la cadena de suministro y agregar valor a sus modelos de negocio.
Respecto a la receta para la crisis empresarial y emergencia presentada por el COVID19 por la que atraviesan las empresas mineras, esta no existe, no hay un recetario que se aplique como remedio infalible para superarla solo debemos protegernos recordando distancia social al máximo, resguardo sanitario y económico al personal colaborador, priorizar la gestión de caja y flujo de efectivo, evitar sobrecostos y gastos innecesarios, reducir la grasa organizacional, automatizar al máximo posible las operaciones, priorizar el trabajo “home office” del 100% del back, utilizar instrumentos financieros como e-factoring y warrants para obtener liquidez y medidas similares a las cuales se puede perfectamente recurrir para afrontar el temporal que se nos viene.
El contexto lapidario de que los grandes proyectos mineros tengan que lamentablemente esperar porque simplemente no están agendados en tiempos de crisis representa una oportunidad perdida porque justamente este el momento donde estratégicamente se requiere “incubarlos” para proteger su desarrollo y crecimiento temprano desde el sector público y privado incrementando la oferta de flujos de capital donde pueda agregarse valor en dichos proyectos.
La puesta en valor temprana de los mismos permitirá mañana tener los recursos y la fortaleza para afrontar las emergencias que se nos puedan presentar. El Perú es un país minero y la mineria es el motor del desarrollo nacional, es un crimen que los recursos naturales que tenemos en abundancia en el Perú no puedan darnos el crecimiento que requerimos para superar las adversidades que la emergencia plantea y obtener el tan ansiado desarrollo que el Perú merece.