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Empresa minera exitosa
Hace unas décadas, leer el contenido de la memoria anual de una empresa era suficiente para poder clasificarla como exitosa, aun por las instituciones que se dedican a monitorear su desarrollo. Hoy, necesariamente no es así.
La quiebra de empresas altamente rentables puso en alerta al mercado de valores y se creó la necesidad de contar con más información que no solo se detuviera en los estados financieros y sus notas, así como en el monitoreo de los entes reguladores para dar confianza al potencial inversor.
Desde el 2002, se fueron estableciendo nuevas obligaciones de comunicación pública que contenga no solo los hechos de importancia sino también información del Gobierno Corporativo de las empresas, refrendado por los responsables directos de la compañía.
Esta nueva exigencia de mayor información contribuye a la transparencia y visibiliza diversos aspectos de la organización, tales como el trato justo a los colaboradores y accionistas, la conservación del medio ambiente y los compromisos éticos formulados en forma escrita.
Sin embargo, más allá de la existencia de una norma, o presión externa, querer hacer las cosas bien es lo que debe primar en una empresa, sea cual fuere su tipo. Porque, cumplir con la norma y satisfacer el monitoreo de las entidades supervisoras puede limitarse a ser un mero acto burocrático de llenar formularios o papeles y firmarlos.
Por el contrario, el tomar conciencia de hacer las cosas bien y haciendo el bien, más allá de la norma, ayuda a la sostenibilidad en la organización y a la formación de una conciencia colectiva con un horizonte mayor.
Asimismo, algunas entidades internacionales hacen uso del covenant (pacto) con el fin de proteger los fondos que inyectan a determinadas empresas para que estos sean adecuadamente utilizados y así disminuir el riesgo a perder el fondo prestado.
Cuando la compañía minera tiene una conciencia responsable no se requiere la firma de un covenant pues, a priori, pensará en cómo puede desarrollar su actividad extractiva involucrando positivamente a la comunidad que está en su entorno, sin perder de vista la satisfacción de su cliente final, sus colaboradores y de sus accionistas Si una empresa no tiene conciencia responsable, en algún momento podría tener problemas con la continuidad del negocio.
Dentro de la cadena productiva, actualmente los diversos participantes en el sector minero son más conscientes de sus derechos y han aprendido a leer la información pública de las empresas.
Por tal motivo, ellos pueden ser agentes supervisores naturales y darle el mayor valor a una empresa que respeta la calidad de vida y la calidad del medio ambiente y, seguramente, la acompañarán en el camino a ser una minera exitosa.
En caso contrario, estos participantes buscarán parar las operaciones de la empresa y originarán una disminución de valor empresarial. Al ser pública la información de los conflictos que genere la empresa, su cotización en bolsa, ahora más que nunca, puede verse afectada por los niveles de reclamo social y/o actuaciones con ausencia de ética.
Por: Fernando Ruíz. Director del Área de Dirección Financiera del PAD. Escuela de Dirección de la Universidad de Piura